Ser auténtico es un arte

De La Agrado al Atman. El camino hacia tu mejor versión.

En la película Todo sobre mi madre, Pedro Almodóvar nos regaló uno de los monólogos más icónicos del cine, pronunciado por La Agrado, una mujer que vive sin pedir disculpas por ser quien es. Con humor, vulnerabilidad y sabiduría, nos dejó una frase para enmarcar: “Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma.” Pero, ¿qué tiene que ver esto con el Atman, el crecimiento personal y el camino espiritual? Mucho más de lo que parece.

El Atman, según la filosofía vedántica, es nuestra esencia más pura, el alma individual conectada con lo divino, aquello que somos en nuestra máxima autenticidad. Integrar este concepto con nuestro día a día implica un trabajo profundo de autoconocimiento, aceptación y transformación. En este artículo exploraremos cómo conectar con nuestro Atman nos lleva a ser la mejor versión de nosotros mismos, mientras entendemos que la autenticidad no solo es un derecho, sino un arte que se aprende y se cultiva.

La autenticidad según La Agrado:

Imagina a La Agrado, parada en el escenario, explicando con descaro cada cirugía y retoque que la hace “lo más auténtica posible”. Lo que parece una broma cargada de autoironía es, en realidad, una declaración de principios: la autenticidad no se encuentra en lo superficial, sino en la capacidad de alinear quiénes somos con quiénes queremos ser. Su discurso nos recuerda que vivir desde la autenticidad no es un camino sencillo, pero sí profundamente liberador.

Ahora bien, traslademos esta lección al contexto espiritual. Cuando trabajamos para conocernos, aceptarnos y amarnos tal como somos, estamos conectando con algo mucho más profundo: nuestra esencia, nuestra alma, aquello que las tradiciones orientales llaman Atman.

El Atman, según la filosofía vedántica, es nuestra esencia más pura, el alma individual conectada con lo divino, aquello que somos en nuestra máxima autenticidad. Integrar este concepto con nuestro día a día implica un trabajo profundo de autoconocimiento, aceptación y transformación. En este artículo exploraremos cómo conectar con nuestro Atman nos lleva a ser la mejor versión de nosotros mismos, mientras entendemos que la autenticidad no solo es un derecho, sino un arte que se aprende y se cultiva.

¿Qué es el Atman y por qué importa tanto?

En sánscrito, Atman significa “alma” o “ser”. Es aquello que permanece inmutable más allá de nuestras experiencias, emociones o roles sociales. Según la filosofía vedántica, conectar con el Atman es reconocer nuestra conexión con el universo, nuestra chispa divina que nos guía hacia una vida plena y auténtica.

Pero aquí está la trampa: vivir en autenticidad requiere valentía. Requiere despojarse de capas que no nos pertenecen, enfrentarnos a nuestras sombras y reconstruirnos desde el amor propio. Al igual que La Agrado, tenemos que hacernos preguntas incómodas: ¿Quién soy realmente? ¿Estoy viviendo la vida que deseo o la que otros esperan de mí?

El camino hacia el Atman no es solo un viaje espiritual; es un viaje profundamente humano. Es, como diría Viktor Frankl, encontrar sentido en nuestras vidas.

De La Agrado al Atman: un camino de consciencia y cuidado.

La conexión con el Atman, nuestra autenticidad, requiere dos ingredientes fundamentales: consciencia y cuidado. Elevando nuestra consciencia podemos identificar patrones limitantes, soltar juicios externos y reenfocarnos en lo que realmente importa. Cuidarnos, en todas las dimensiones —física, emocional y espiritual—, es la herramienta que nos permite mantenernos en ese camino.

Aquí es donde entra el humor, tan necesario como el aire.

La conexión con el Atman, nuestra autenticidad, requiere dos ingredientes fundamentales: consciencia y cuidado. Elevando nuestra consciencia podemos identificar patrones limitantes, soltar juicios externos y reenfocarnos en lo que realmente importa. Cuidarnos, en todas las dimensiones —física, emocional y espiritual—, es la herramienta que nos permite mantenernos en ese camino.

Aquí es donde entra el humor, tan necesario como el aire. Demasiada cordura, nos llevará a la locura como reza uno de mis maestros tántricos Hari Dass en sus talleres. Aprender a reírnos de nuestros fallos, a disfrutar del proceso de crecimiento personal y a celebrar cada pequeño paso es, quizás, el mayor acto de amor propio que podemos tener.

Por qué aprender a ser feliz es un trabajo revolucionario.

Hoy sabemos que el bienestar y la felicidad no son estados estáticos, sino prácticas diarias que requieren intención. Según estudios de psicología positiva, las personas que trabajan en su crecimiento personal y espiritual no solo reportan mayores niveles de felicidad, sino también de resiliencia, creatividad y satisfacción con la vida.

Elevar la conciencia no es solo un acto espiritual; es un acto revolucionario. Cuando nos cuidamos, nos hacemos más felices y, como consecuencia, hacemos del mundo un lugar mejor. Cuidar nuestra salud mental, meditar, rodearnos de círculos conscientes, practicar la gratitud y encontrar espacios para reconectar con nuestra esencia son pasos pequeños pero significativos hacia una vida auténtica.

El arte de ser auténtico: la invitación de Atmanity

En Atmanity creemos que vivir desde el Atman, desde tu mejor versión, es el mayor regalo que puedes darte a ti mismo y al mundo. No se trata de ser perfecto, sino de ser verdadero. De vivir desde el amor propio, con humor, con valentía, y con la voluntad de aprender constantemente.

La Agrado nos mostró que la autenticidad no es un destino, sino un camino lleno de imperfecciones y belleza. Nosotros te invitamos a recorrerlo con nosotros, a elevar tu consciencia, cuidar de ti mismo y encontrar felicidad en cada paso del proceso. Porque, al final, ser auténtico no solo es un arte: es un acto de amor hacia tu Atman.

Roberto Regal, Cofundador de Atmanity.

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